El país podría perder unos
200.000 quintales de la actual cosecha de café por falta de brazos
para recolectarlo, en tanto que miles de nicaragüenses emigran hacia
otros países centroamericanos en busca de trabajo.
La Unión de Cafetaleros de
Nicaragua (Unicafé) informó que esa pérdida se debería además a la
maduración temprana del grano y al mal estado de los caminos de
penetración a las fincas del norte del país.
Unicafé calcula que la
actual cosecha es de 1.300.000 sacos de 100 libras.
El vicepresidente de la
Unión Nicaragüense de Cafetaleros (Unicafé), Buenaventura Gutiérrez,
dijo que para el levantamiento de la cosecha se necesitan un mínimo de
180.000 cortadores, y que falta conseguir unos 20.000.
Mientras tanto, desde el
lunes pasado, centenares de nicaragüenses hacían filas en la Dirección
de Migración y Extranjería tratando de obtener visa de la vecina Costa
Rica para recolectar café, caña y melones, donde se alegan les pagan
mejor y les dan mejores condiciones.
La falta de brazos en
Nicaragua ocurre pese a que el gobierno y los cafetaleros acordaron la
semana pasada aumentar el salario mínimo de 5,8 a 7,20 córdobas (unos
37 a 46 centavos dólar) por lata de café de 35 libras.
La
producción se ha deprimido por esos factores y porque el Estado debe a
los cafetaleros unos 26 millones de dólares de un Fondo de
Estabilización de Precios creado por el gobierno sandinista de los
años 80 que nunca les reintegró.
El Estado les debe además
unos 8 millones de dólares en estímulos a la agroexportación, y otros
6,6 millones de dólares por reintegro de impuestos a pequeños
productores que gozaban de exenciones fiscales.
Los principales
compradores del café nicaragüense son Alemania y Estados Unidos.
Se espera que la actual
cosecha produzca unos 80 millones de dólares. |